Muchas personas tienen grandes dificultades en sus relaciones con su pareja, sus padres o sus hijos. Para otras la dificultad está en encontrar una pareja con quien compartir y disfrutar la vida.

En todos estos casos es posible un trabajo sanador que permita un cambio en la situación inicial, en la línea de encontrar un camino que posibilite la solución deseada.

El trabajo sanador de las Configuraciones Familiares parte de una mirada al ORIGEN de los conflictos, que en un gran número de casos es sorprendentemente desconocido. Encontrando el origen de las dificultades y trabajando para sanar ese origen, puede llegar esa solución deseada. El amor puede fluir de nuevo, y se puede restablecer una relación satisfactoria donde antes sólo había desencuentro y sufrimiento.

Aunque el trabajo con Configuraciones Familiares y Sistémicas puede aplicarse en la mejora de relaciones en cualquier ámbito donde participe un grupo de personas con una mínima estructura y objetivos; donde más provecho puede sacarse de este trabajo es en los ámbitos que son el origen de las relaciones humanas, o sea, la familia de origen y las relaciones entre padres e hijos y los nuevos sistemas que crearán después los hijos, cuando tengan relaciones de pareja.

Es por todo esto que cada vez más personas buscan resolver sus dificultades en éstos ámbitos con un trabajo sanador a través de una configuración o constelación familiar.

Haciendo un trabajo en una consulta o en un taller de configuraciones-constelaciones familiares puede resolverse un asunto importante que esté dificultando la vida en plenitud.

Más intensivo y positivo aún resulta la participación en un curso monográfico en torno a un tema particular, pues en un curso de estas características en el que participan personas con problemáticas en torno al mismo asunto, se tiene la ocasión de conectar con diferentes miradas y aspectos que nos pueden mostrar con más profundidad el calado de nuestras propias dificultades y dar pistas muy valiosas para nosotros mismos a través de la participación y experimentación en el trabajo de otras personas.

Los cursos monográficos centrados en las relaciones de pareja permiten que cada miembro de la misma pueda conocer y sentir cual es el origen de sus propias dificultades y también las de su pareja. El origen de lo que se interpone en su relación. También permiten solucionar cada uno a través de un trabajo práctico, la parte que le corresponde. De este modo tienen ocasión de ser más compasivos y comprensivos consigo mismos y con su pareja cuando se desvela el origen de lo que impedía que el amor fluyera con toda su fuerza.

A menudo es el comienzo o la continuación de un camino que pone mayor consciencia, más luz en el proceso vital de cada uno.

A estos cursos monográficos se puede asistir en pareja o en solitario, ya que a veces se desea trabajar una situación en torno al tema de la pareja aún sin tenerla. El secreto es venir abierto a permitirse sentir lo que desde lo más profundo del alma nos está llamando y no acabamos de tomar consciencia de ello.

Otro de los temas que cada día adquiere más interés entre las personas se da en torno a las dificultades en las relaciones entre padres e hijos.

Los cursos monográficos centrados en las relaciones entre padres e hijos permiten desvelar el origen de los conflictos que impiden que el amor hacia los padres o hacia los hijos pueda desplegarse con toda su fuerza.

En ocasiones, hechos y acontecimientos que tuvieron lugar incluso en generaciones anteriores y aún tienen un efecto insospechado, o tal vez algo que aconteció a lo largo de la vida, e incluso a veces cuando se estaba en el útero materno o en los primeros momentos de la vida extrauterina, lastran las relaciones entre padres-madres e hijos-as. Hechos de muy diversa índole se interponen en el camino de una buena relación y así se ven padres o madres con hijos e hijas, llenos de dolor por un desencuentro que encoje sus corazones e impiden tomar el amor de los padres o colocarse en el lugar que corresponde con los hijos.

El resultado, confesado o no, es el dolor y la infelicidad. Es una barrera que se interpone a lo más primario entre padres e hijos, el amor incondicional.

Participar en un curso monográfico sobre las relaciones entre padres e hijos permite sentir y experimentar junto a otras personas con asuntos de la misma índole. De esta manera se potencian las experiencias y se profundiza en dimensiones y aspectos que de otra manera pasarían desapercibidos y aquí salen a la luz.

Se convierte en una fuente de conocimientos y experiencias que ponen en contacto con el entramado sobre el que se tejen las relaciones que más dolor o felicidad pueden traer a nuestras vidas. Las relaciones entre padres e hijos.

Próximamente se realizarán una serie de cursos monográficos en torno a las relaciones de pareja y las relaciones entre padres e hijos.

Francisco Lorca Valverde.